Sólo alguien como el eximio songwriter Lloyd Cole se atreve a citar en una de sus nuevas canciones al escritor Henry Green. Y, por supuesto, asà le va, asà le fue, y asà le seguirá yendo: éxito en su debut de moda (el formidable Rattlesnakes junto a su banda The Commotions, en 1984 y donde ya habÃa guiños a Norman Mailer, Marcel Proust, Simone de Beauvoir, Joan Didion y Truman Capote) y, casi desde entonces, adorado auteur de culto por una sólida hueste de fans que nunca lo dejarán solo ni a solas. Me incluyo allà y de ahà que cuando âmeses atrásâ recibiera un email del mismÃsimo Lloyd solicitando contribución de 45 dólares para adquirir por anticipado (y asà poder financiar la grabación) de su próximo disco, no me lo pensara dos veces. Cole contaba en su despacho que no tenÃa estudio, ni banda (sus últimos discos habÃan sido en vivo y con la sola compañÃa de su guitarra y la del commotion Neil Clark para su autogestionada serie Folksinger o la instantánea revisión de varios de sus clásicos, capturada en 24 horas, junto a su âLittle Ensembleâ), ni discográfica. Y pedÃa ayuda porque andaba con ganas de volver a armar grupo (su última banda habÃa sido la efÃmera y juvenil y neoyorquina The Negatives, que dejarÃa un solo álbum a principios de milenio) para registrar sus últimas composiciones tema: âcorazón roto, sonrisa torcidaâ. Y para eso está PayPal y para eso están los amigos. A cambio del favor, Cole prometÃa enviar a cada uno de sus contribuyentes (que acabaron siendo 1000) espécimen especial y exclusiva para colaboradores de su siguiente obra maestra dentro de una cajita incluyendo poster y segundo cd con demos y maquetas de sus nuevas pero instantáneamente eternas canciones y, ¡¡¡Mamá, soy co-productor del nuevo disco de Lloyd Cole!!! 6t3d55
¿Y adivinen qué me trajo el cartero el otro dÃa?
Exquisita edición y diseño, un âRodrigo, Yours, Lloyd Coleâ en letra de marcador plateado en su portada, y aquà está Broken Record âcon su tÃtulo tan lloydcoleanoâ y por supuesto la inversión anticipada ha valido la pena y, ah, el orgullo de ser uno de aquellos ââ1000 Thanksâ se lee allÃâ a los que Cole agradece en el librillo. Y âsuele ocurrirâ el periodismo especializado llena páginas y suma estrellas y puntos pretendiendo descubrir al largamente descubierto y celebrar el retorno de quien nunca se fue.
En Broken Record, Cole âluego de varios discos low-fi y de vaciar los cajones de su pasado con la robusta cajita cuádruple de rarezas y lados-B Cleaning Out the Ashtraysâ vuelve a sonar en banda, con aires de country squire autoexiliado con esposa e hijos en Massachusetts y gracia del preciso golfista que se sabe es (se sabe que Cole suele escoger o descartar el sitio de sus conciertos de acuerdo a la proximidad o no de algún verde y esperanzador campo donde desenfundar sus palos). Un dandy feliz adicto a la fabricación de versos y tonadas tristes. La contracara heterosexual de Morrissey en fondo y forma y estilo, si se lo piensa un poco. AsÃ, en Broken Record cada uno de los tracks encuentra su hoyo con el golpe de la primera escucha pero merecen destacarse las muy dolidas y amorosas âLike a Broken Recordâ y âIf I Were a Songâ (de las que cabe pensar que Leonard Cohen venderÃa su alma por firmarlas) y la cáustica âWriters Retreat!â (ver el lindo y sencillo y efectivo video-clip en YouTube) donde una pareja de chicos cultos descubre que, a la hora de la verdad, tanta cita literaria no es más que cita ciega. Pero, otra vez, en general, lo que se impone por encima del ingenio y la acidez es la enorme clase y elegancia de este inglés universal formado en la Glasgow University. Y muy bien acompañado: de Joan As a Police Woman que incluyen a Joan Wasser, el baterista Fred Maher, el commotion Blair Cowan, y Bob Hoffner de Crash Test Dummies, entre otros, acompañan a alguien que arranca, en la mansa pero curtida âLike a Broken Recordâ, con esa voz inconfundible afirmando que âNo es que a esta altura me quede demasiada dignidadâ y cierra, diez capÃtulos y casi treinta y cinco minutos después, con la delicada electricidad de âDouble Happinessâ, concluyendo que âViviendo y amando y yendo a fiestas / Llorando y riendo y riendo y llorando / ¿A dónde ir desde aquÃ?â.
Buena pregunta y obvia respuesta: a componer en privado y a tocar en público un nuevo puñado de melodÃas y versos inolvidables.
Rápido, por favor.
¿Cuánto te hace falta?
Aquà estoy, aquà estamos.
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