"Penambahan bahan organik ditengarai meninkatkan emisi N20 dari tanah", se lee en la página 31 de Los barcos en el centro del cielo (Papeles del Boulevard, 2014), el quinto libro de poesÃa de Alejandro Pidello (Rosario, 1947). Y no es un mantra: es un breve pasaje de la traducción al indonesio de un trabajo cientÃfico suyo en colaboración con Liliana Menéndez et al. Y dice literalmente esto: "La adición de materia prima orgánica aumenta las emisiones de nitrógeno provenientes del suelo". Y podrÃa referirse a lo que pasa al sepultar a alguien. ¿El nitrógeno como el más allá, como un alma? La frase, el "chiste serio" interno, el doble espejo oval donde se cruzan el doctor Pidello y el poeta Alejandro, "le devuelve una música insospechada", como dijo Diego Colomba en la presentación del libro, a fines del año pasado. 4686m
El collage dadaÃsta de usar la ciencia para inventar una oración funeraria materialista que suene lo suficientemente reverencial, o el de insertar entre sus poemas la grotesca fotografÃa de un enano siendo arrojado contra la pared por deporte (véase la página 35), exceden el mero divertimento lúdico y cómico; constituyen sÃmbolos cuyo código se encuentra en otra parte, quizás en la historia trágica del paÃs.
Pidello escribe al lÃmite de lo inteligible, echando mano de signos que siempre dicen algo más de lo que dan a leer. Escribe para un lector cuya capacidad hermenéutica superarÃa lo humanamente posible. Escribe, tal vez, para el otro que habita en el interior de sÃ. Escribe (y esto es lo mejor) con actitud de novato sin prejuicios, teniendo sobre sus espaldas cuatro décadas de producción en poesÃa.
Más allá de la posibilidad de encuadrar a esta hoy excéntrica poesÃa en la tradición de vanguardias como el surrealismo, las dificultades que presenta la lectura de estos poemas comienzan porque su discurso poético no ancla en ninguna tradición literaria local actualmente reconocible, ni en ninguno de los tópicos en uso. ¿Funda Pidello su propia cosmovisión sobre la revolucionaria teorÃa de los sistemas que le da el pan a través de una respetable carrera internacional como investigador del CIUNR en ecologÃa microbiana? ¿O dialoga con tendencias de los años 70, de paÃses centrales, como la literatura del lenguaje o la ciencia ficción a lo Thomas Pynchon? ¿O halla su inspiración filosófica en otras culturas, o en la Antigüedad?
Son hipótesis. Libro de bolsillo, breve, Los barcos en el centro del cielo quedó tapado por la avalancha febril de novedades editoriales locales que granizó sobre las redacciones de los diarios en noviembre y diciembre últimos. La encuesta lo eludió sin querer, quedando asà en deuda con estos versos extraños, ricos en imaginación, a mitad de camino entre la fantasÃa erótica y la cosmografÃa mÃstica: "El cielo sirve para sugerir oleadas y ofrendas de eternidad. / En el cielo pueden circular innumerables navÃos (...) / Fue en esos juegos donde pudo bailar tu cabello, / por ejemplo, / lleno de iodo marino".
Alejandro Pidello publicó además los libros de poesÃa Los colores del salón de lectura (1973), El Diablo in albis (1997), Estación de animales buenos (2007, Premio José Pedroni 2009) y Las alas de Angela (2011). Profesor de QuÃmica Biológica en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de Rosario desde 1974 (de ese campo toma la frase "estación de animales buenos"), obtuvo un Primer premio compartido de la Sociedad de BiologÃa de Rosario al mejor trabajo de investigación Año 2003 en el Area Agropecuaria. Diplomado en QuÃmica, se doctoró en la Universidad Henri Poincaré, Nancy I. Participa en antologÃas de poesÃa desde 1972. Fue cofundador de la revista de poesÃa La Cachimba, que se editó en Rosario entre 1971 y 1974. Textos suyos se publicaron en revistas como Diario de PoesÃa, El Jabalà y La Danza del Ratón. Coeditor del sello editorial Papeles de Boulevard, fue invitado al Festival de PoesÃa de Rosario.
Y si el delirio "paranoico crÃtico" (dijera DalÃ) del lector de turno no fallara en inventarle un referente, este poema puede ser una historia de amor en clave o bien lo mejor que se haya escrito sobre cierto famoso derrumbe: "El caer central es una figura geométrica habitada / que se pulveriza llena de humanos, humatos, / animales de compañÃa, y un número interminable / de pequeñas formas vivientes. / Cambian en un breve tiempo todos los equilibrios posibles de los ojos / que salen del equilibrio de todas las voces, / de las ondas sonoras que hacen / la naturalidad de la calma, de la magia, del amor / y hasta de la incomprensión de los seres o reyes / que vivÃan en la armonÃa o el permanente desasosiego / de los palacios o de los infiernos / naturalizados por el o entre las vidas (...)".
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