*Fernando Traverso (artista plástico): Herminia nos dejó un pañuelo blanco con olor a goma quemada y a tiza. Lleno de orejas y de voces. Y de ganas. 1h2e28
*Norma López (concejala Frente para la Victoria): Despierto. El café humeante, frente a la ventana. Pájaro intrépido se regodea en el pedacito de cielo que me toca. Sube y baja. Aletea. Se suspende. Y en ese instante único, eleva su ala izquierda y muestra el penacho blanco. Las risotadas de Herminia seguirán acompañando nuestras marchas.
*Cecilia Sarmiento (militante del PTS) A Herminia la conocà hace 14 años una noche de los lápices del 2000, me la presento mi abuela Lucrecia (Villalonga), Madre de Plaza de Mayo. Con ella dimos una dura lucha en las escuelas para que nos dejen hablar de nuestros caÃdos, hacÃamos sentadas y cantos del himno a capela con el fin de que los directores nos dieran la bandera argentina para homenajear a nuestros compañeros desaparecidos. Por eso esta marcha de la noche de los lápices (2014) se la dedicamos a ella.
Herminia siempre amó a la juventud y nos supo transmitir lo mejores valores, ella era joven de alma aunque su cuerpo estaba viejo, Herminia tenÃa 88 años y un millón de historias de las que aprender, a pesar del inmenso dolor que sufrió, ella lo transformó en combate, porque odiaba este sistema putrefacto y sabÃa que la única manera era organizarse, ser solidarios, barrer a la burocracia sindical y enfrentar el sistema luchando, junto a los trabajadores, por los 30 mil, por Julio Lopez, luchando siempre como ella solÃa decir: ¡Hasta la victoria siempre, compañeros!
*Jorge Cadús (periodista de Alapalabra) Es imposible gambetear lo personal, aunque se sepa que hablamos de una historia colectiva. Con la década del 90 recién inaugurada, fue su voz gastada, dulce y firme, su voz bellamente disfónica de luchas, la primera de las voces de Madres que me invitó a la Plaza 25 de Mayo. Después, esas voces multiplicadas de las Madres rosarinas se hicieron el cobijo necesario ante la intemperie.
¿Es normal que imágenes olvidadas golpeen los ojos desde muy adentro? La tarde que se abrazó después de tanto tiempo con Darwinia Gallichio, cuando una serie de volantes miserables intentaron meterle miedo. El dÃa en que le arrebató el caño a un milico para demostrarle que el pueblo también podÃa armarse. La bicicleta pintada en el frente de su casa, donde el patio poblado de plantas resguardaba abrazos, mate y discusiones. Son postales propias que vuelven, ahora que me dicen que Herminia descansa de tanta pelea.
A lo mejor para engañar tanto dolor, creo fervientemente que, una vez más, anuda su pañuelo y cierra su mano. Que puño y pañuelo levantan vuelo. Y siguen marchando. Hasta la victoria.
*SofÃa Alberti (periodista de Indymedia y CTARosario Una estrella se enciende. El pañuelo toma alas y se multiplica en todas las cabezas a las que les enseñaste a mirar distinto. El dolor está, la tristeza está, las lágrimas están. Pero nos dejás la energÃa, la fuerza, la dulzura, la coherencia el empuje, el ejemplo. Andá Herminia, abrazala a Adriana e inunden todo con tu risa contagiosa. Andá Herminia, que te quedás en la conciencia y en las carcajadas que generan una y otra vez las cosas compartidas. Andá, que me quedan las cagadas a pedos para saber por dónde no ir. Andá, que si algún dÃa tengo hijos les voy a decir que hubo una abuela en del alma, una Madre y Maestra con mayúscula y pañuelo, que se peleaba con la cana, que se metÃa en medio de las rondas de obreros en conflicto para agitarlos, que incomodaba a los acomodados. Por cómo viviste, vas a quedarte acá para siempre. Cuando me toque la hora, date una vuelta y retame por todas las macanas acumuladas para entonces. Sé que vas a terminar diciendo "mierrrrda, dale veni para acá", agarrándome la mano. Y ahà voy a saber que estoy el único lugar donde debo estar: a tu lado. ¡Hasta la Victoria siempre, compañera!
*Marianela Scocco (Licenciada y Profesora en Historia, integrante del grupo de Apoyo a las Madres de la Plaza 25 de mayo). Querida Herminia, ya ni siquiera recuerdo cuando te conocà porque desde el primer momento era como si te conociéramos de toda la vida. La primera vez, quizá, me conmovió tu historia. Luego tus palabras, tu fuerza, tu lucha. Verte llegar aquellas mañana frÃas al Tribunal para una audiencia más de los juicios iluminaba nuestros dÃas. Algunos te recordarán por tus discursos, fervientes y entusiastas, otros por tus charlas, cálidas y didácticas. Yo me quedo con tu mano, tu fuerte y ajada mano, que un dÃa me apretó para guiarme. Nos dijiste que vivirÃas hasta los 100 años y te creÃmos tanto que no pensamos que esto llegarÃa. Hoy duele en todas partes. Y sobran las palabras. Ojalá te hubieras quedado más tiempo, solÃas hacer el mundo más lindo. La última vez que te vi fue en la marcha del 24. Esta vez no la olvidaré. Me quiero quedar para siempre con ese recuerdo, con tu alegrÃa, con tu destello. Donde quiera que vayas, ya sos eterna. ¡Hasta la victoria siempre compañera! ¡Gracias por tanto!
*Juan Monteverde (militante de Movimiento Giros) Escucharla siempre era lo más lindo. Se fue, pero no se fue. Como todos los que pasan por la vida haciendo cosas que los trascienden. Luchando por eso.
Algunos dicen que la democracia se basa en la convicción de que en la gente común, hay posibilidades fuera de lo común. A eso se dedicó ella todos estos años, a enseñarnos eso... Gracias Herminia.
*Norma RÃos (APDH) Ella amaba la humanidad. Y detestaba a genocidas, milicos y patrones. A falsos y mentirosos. Al que regalaba o cambiaba principios por dinero. En ese orden o cambiado, lo mismo da. Su amor de luchadora, de revolucionaria madreabuelabisabuela, se concentraba en la juventud, a quien le hablaba de la necesidad de la lucha, la rebeldÃa, la unidad, el compromiso y el estudio para tener un mejor futuro. TenÃa decenas de nietos/as del corazón. Era capaz de hablar de terrorismo de estado a niños/as de un jardÃn de infantes y que la entendieran. Increpar a un juez, a un ministro, a un gendarme o a un burócrata sindical, por defender a su gente, que éramos nosotros/as. La querÃamos y la respetábamos. Su coherencia, su coraje, su firmeza, su falta de miedo y, porque no, sus enojos y retos, nos faltarán cada dÃa a quienes la disfrutamos de cerca. Y también su enorme optimismo y alegrÃa, esos que te ayudaban a seguir cuando te decÃa: ¡Bueno, basta de eso! ¡Adelante, hay que seguir! ¡Siempre Adelante!
Querida Herminia, enfermera de dolores en el cuerpo y corazones heridos, quiero creer que andarás por ahÃ, de la mano de Adriana, fogoneando estrellas para que brillen más, con el puño en alto y arengando: ¡Hasta la Victoria, Siempre!
*MarÃa Luciana Pollola (Arte por la Libertad, militante del Espacio Juicio y Castigo) Herminia buscó y buscó y en su búsqueda nos encontró a todos nosotros, que aprendimos que hay que Ser, que se Debe patear puertas, se Debe gritar fuerte para que te escuchen, la vieja ES (creo que nunca voy poder poner fue) el puño que se levanta en cada marcha, el grito de "se puede", la que del reto pasaba en dos segundos a darte ese abrazo que te apachuchaba el corazon, la que le enseño a mi hija Nina a decir "hasta la victoria siempre", la que siempre va a quedar en el corazón de muchas luchas. ES la que SIEMPRE será, la madre de las luchas, Vieja te quiero siempre.
*La Bruja (Patria Grande Rosario) Se nos fue una verdadera imprescindible. En su hermosa sonrisa y su puño compañero caben todos nuestros sueños. Siempre resguardando y acompañando todas las luchas y exigiéndonos soñar, pero también actuar en consecuencia.
Herminia dÃa a dÃa nos enseño que lxs unicxs vencidxs son aquellxs que no luchan, pero además que quien no lucha por los derechos humanos de ayer y de hoy es cobarde y mezquino, además de cómplice.
Enseñándonos a que no nos engañemos y mostrándonos, con una ética intachable, que el único camino es denunciar las mentiras donde y ante quien sea, por más incomodxs que pongamos a varixs.
El dolor que nos queda no se compara con todo lo que de ella aprendimos. Gracias Herminia por enseñarnos que la única lucha que se pierde es la que se abandona.
¡Hasta la victoria siempre!
*Painé Nocetti (bisnieta por adopción). Llevo tu sonrisa como bandera. Ella fue de esas personas necesarias de Lima Quintana, militante de toda una larga vida, enfermera por vocación de solidaridad, madre, de dos hijos, de la plaza y de todos nosotros, abuela y bisabuela: maestra de alma y vida. Hace más de diez años conocà a una mujer hermosamente alegre, violentamente dulce, sorprendentemente madre, increÃblemente fuerte, maravillosamente aguerrida, fulgurante de alegrÃa ante una pibada desconcertada. Nos enseñó a ser un poquito más libres a todos y todas quienes la conocimos, fue la gran jardinera de este jardÃn de gente, en cada escuela, en cada barriada popular, en cada lucha en la calle, en cada marcha y en cada pibe y en cada piba sembró su semillita rebelde. Algunos aún esperan ser regados, otras dando las primeras germinaciones, otros más saliendo a la luz y muchos y muchas floreciendo a la hoguera de las luchas, estos somos sus pibes y pibas.
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