El 25 de Mayo, Rosario fue testigo del nacimiento de una nueva coalición polÃtica para la "gente bien". Los patrones del campo y los ricos de la ciudad pasearon sin inhibiciones sus lujos y derroches, ignorando la pobreza y la exclusión de esa parte de Rosario que recibe cada dÃa a los pobres expulsados del campo por la expansión sojera. Los que hacen un campo sin campesinos, el domingo propusieron un paÃs para pocos. Si hubo algo rescatable en medio de su soberbia y discriminación, fue el reconocimiento de todos los dirigentes "del campo" de su objetivo de cambiar el modelo de paÃs. 9v71
198 años después de la Revolución de Mayo, los dueños de la tierra se creyeron los dueños de la Patria y del federalismo. Pero si la patria fuera exclusivamente "la gente bien" con ropa cara, tez clara y aspecto europeo, poco futuro hubiera tenido la revolución.
Sin embargo esta movida no es casual. Néstor Kirchner al neutralizar a las fuerzas armadas, desvincular al paÃs del FMI y la especulación financiera, y recobrar el control del PJ, inhabilitó los instrumentos con los que en los últimos 30 años los E.E.U.U. apuntalaron la dominación del paÃs. Ante este nuevo escenario los sectores dominantes necesitan construir un nuevo instrumento polÃtico y cultural que garantice la concentración del ingreso, las ganancias extraordinarias para pocos y la sumisión a los centros de poder internacional.
El acto de Rosario probablemente fue el puntapié incial del nuevo partido de los dueños del paÃs. Bienvenida entonces la polÃtica. Bienvenido el reconocimiento tácito de que desestabilizaron, desabastecieron y aumentaron los precios, con la única bandera de su rentabilidad extraordinaria, y el objetivo a mediano plazo de reinstalar el modelo que derrumbamos en diciembre del 2001 y que vencimos por paliza en las elecciones del 2007. En definitiva, el gran debate del momento es cómo se distribuye la riqueza, y ahora claramente hay dos coaliciones polÃticas que se van delineando.
Cristina lidera hoy la pelea por la redistribución. Creemos que la única manera de profundizarla es generando mayor participación popular para potenciar el rol transformador del Estado. Necesitamos apelar en definitiva a lo que más temen los poderosos: la verdadera democracia, donde cada hombre y mujer valen igual y las mayorÃas deciden los destinos. Para destrabar el conflicto, por qué no votamos entonces en una consulta popular: ¿queremos o no los argentinos mantener firme el aumento de las retenciones? Y asà veremos claramente la voluntad soberana de nuestro pueblo.
* Movimiento Popular Libertador San MartÃn
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