¿Cómo le va, lector, como anda eso? ¡ Por favor, no me pregunte â ¿eso, qué?â ni â¿ que es eso?â! Se trata de una forma retórica de preguntarle por usted mismo. Y la retórica, lector, está de moda. e5o4y
Es fashion.
Como suele suceder con las cosas que están de moda, la mayorÃa de la gente las usa, pero sin saber demasiado qué son, o para que sirven. Simplemente â está de modaâ âMi vecino lo usaâ â capaz que hay un plan âRetórica para todos y todas â y no me quiero quedar afueraâ, cualquier excusa es buena para meterse en algo porque sÃ.
Pero nosotros no somos asÃ. Nosotros contribuimos al esclarecimiento de las masas. Asà que vamos a dar una definición, virtualmente conseguida:
Retórica no es âacción de retarâ ni tampoco â que nos vaya como el rectoâ (eso serÃa ârectóricaâ) si no: âConjunto de reglas o principios que se refieren al arte de hablar o escribir de forma elegante y con corrección con el fin de deleitar, conmover o persuadirâ.
¿Se da cuenta, lector, por qué decimos que está de moda? Mire, a usted trataron de persuadirlo de que todo estaba muy mal (o demasiado bien), De que âasà no se podÃa seguir (sin definir de que âasÃâ se trataba), de que âel dólar estaba atrasadoâ (¿respecto de quien?), de que âestaba pagando poca luz ( esa es increÃble, ni siquera estoy seguro de que haya que pagarla, podrÃa ser gratis, de acuerdo a como considere cada sociedad el uso de sus recursos), De que âsi echan a alguien de su trabajo, es porque es ñoqui, grasa o militanteâ (palabras que también se abstienen de definir, porque âdefinir algoâ no es fashion y lleva a pensar, lo que es decididamente vintage).
También lo están tratando de convencer, ahora nomás, de que â hay gente pobre y gente normal. Los pobres serÃan los que malgastan el dinero publico en planes sociales. Los ânormalesâ, los que cuidan ese mismo dinero, en cuentas offshore para que nadie lo puedas tocar.
También lo quieren convencer de que âpagarles a los fondos buitres va a atraer inversoresâ (seguramente, a otros fondos buitres) Y de que â tener cuentas offshores está muy bien, y si guardan âdinero no declaradoâ. se debe a un âerror de cargaâ, y al fin y al cabo, si nadie meterÃa preso a nadie por quitarse algunos años, porque hacerlo por quitarse unos palos verdes? En ambos casos se tratarÃa de coqueterÃa, no hay que ser excluyente.
DecÃamos al inicio de esta nota, que querÃamos saber como anda usted. Si Usted. Si, ahora. No pensamos en cómo va a estar usted en el 2017, o en el 2019, porque para eso faltan varias facturas de luz, guisos de lentejas y viajes en bondi, taxi, uber o a pata.
Y nos preguntábamos si no esta usted preparándose para mañana, que es Primero de Mayo, el DÃa del Trabajador. Su dÃa, nuestro dÃa. El dÃa de todos, todas, todis, todys y todus.
Ya se dijo, âel trabajo es una bendiciónâ asà que es mas un tema de la Iglesia que del gobierno. Ningún CEO tiene la culpa de que los sacerdotes no sean eficientes a la hora de terminar con la desocupación.
Y seguramente la oposición celebrará el dÃa recordando mejores dÃas, cuando las centrales sindicales llamaban al paro general para que se termine de una buena vez , o al menos se adecuase a la actualidad el Impuesto a las Ganancias, reivindicación absolutamente justa y compartida por quien esto escribe, aunque quizás no de âprimera necesidadâ.
ES un impuesto que nació a la luz de tiempos en los que se suponÃa que habrÃa âganancias eventualesâ, dinero que sobra. Y a la mayorÃa de la gente, nunca le sobra.
Pero parece que el actual gobierno esta tomando medidas al respecto, llevando a los salarios , y a los puestos de trabajo, a un nivel en el que la ganancia se vuelve una especie de coqueterÃa, una curiosité digna de figurar en una revista de divulgación.
Gracias al actual gobierno, los sindicalistas encontraron un nuevo sentido, una nueva razón de ser, un leitmotiv a su desempeño: Dejaron de buscar denodadamente motivos para protestar: ahora el gobierno se los entrega gratis, a tiempo, y en forma cotidiana
¡ Y a pesar de ellos, algunos insisten en mirar para otro lado, en decir âLos despidos, los bajos sueldos, no son un motivo tan bueno , extraño cuando nos quejábamos del impuesto a las ganancias... ahà sà que salÃan todos a la calle.â
Obviamente, no todos ni todas son asÃ.
Ahora bien ¿y el gobierno? ¿No va a festejar el DÃa del Trabajador? ¡no supone acaso que muchos de sus votantes son trabajadores? La que fuera âcolumna vertebralâ del peronismo, ¿no es, por lo menos, el huesito dulceâ del esqueleto del PRO?
Queremos pensar que tan insensibles no van a ser. Que van a hacer una gran fiesta. Que van a convocar a la gente a la Plaza, la van a dividir en dos, para âpobresâ y âNormalesâ. A los pobres les cobrarán entrada, a los normales, obvio que no. No se trata de discriminar, sino de para atraer a ese tipo de publico que es el que mas les interesa (como en los bailes con âdamas gratisâ).
Podemos imaginarnos al mismÃsimo presidente dando un discurso, en el que evitará decir la palabra âtrabajadorâ, ya que la ultima vez que lo hizo, la bandera argentina aterrizó en su excelentÃsima cabeza. Digamos â el liberalismo no baja sus banderas, ellas se caen solasâ
Y nos podemos imaginar a los radicales, concurriendo âmansivamenteâ (sic) a la plaza, a quejarse por la poca bola recibida y recordarle al presidente que ellos también estan ahÃ, quizá al grito cantado de âqué pasa, qué pasa, qué pasa en general, que está lleno de CEO el gobierno liberalâ.
Y entonces el presidente los echará de la plaza.
Y ellos se irán, al grito de â¡No rompan más las boinas, en esto hay muchas coimasâ.
Feliz dÃa del Trabajador, lector.
Hasta la semana que viene.
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