Cuando le conté a la infectóloga que tenÃa desde hacÃa mucho tiempo una verruguita en el orificio del culo, me recomendó muy enfática al Dr. Bun. Según ella, todos los pacientes que le derivaba quedaban encantadÃsimos. âPorque, muchas veces, la visita al proctólogo puede resultar incómoda âaclaróâ, pero el Dr. Bun es un excelente médico.â 3w715d
Intrigado, pensaba cómo serÃa el doctor con nombre de papa frita (perdón Dr. Bun, no se enoje, y sobre todo no se desquite con mi culo en la próxima consulta, enseguida viene la vindicación). ¡No puedo con mi putez! Me imaginaba un médico joven y sexy y, algo ilusionado con que tuviera que inspeccionarme con uno o más dedos, me preguntaba si antes de la consulta debÃa hacer una ducha anal o no. Según los expertos del fist fucking (cuya práctica descarté por estrecho), el lavado debe ser con agua tibia, pero tenÃa miedo de que el proctólogo me retara, que me viniera con la noticia de que lavar asà las profundidades podÃa atentar contra la flora intestinal o algo por el estilo, asà que me conformé con una lavada minuciosa, pero superficial.
En la sala habÃa unas diez personas y pensé: â¡Qué éxito tiene el Dr. Bun!â. Resultó que las diez personas esperaban a otro médico, y pasaron apenas cinco minutos hasta que la recepcionista me hizo pasar al consultorio.
Sentado en su escritorio lo vi, sonriente, simpático, un hombre mayor de 70 años, tal vez muchos más, arriesgo por la cantidad de arrugas en la frente y la mirada algo velada por los años. TenÃa lindas manos y una actitud amigable, de médico de los de antes, y supo muy bien distender la situación. âTodos mis pacientes me llaman René âaclaróâ. Permitime, antes de empezar, darte una pequeña claseâ, dijo. No recuerdo los términos exactos, pero de lo que sà estoy seguro es de que repetÃa la palabra âculoâ sin protocolos. â¿Sabés por qué aparecen las verrugas? Hay dos factores principales: por un lado, las defensas bajas. ¿Sabés cuál es el otro?â Me quedé pensando un poco, pero preferà que contestara él mismo. âNo séâ, dije. âEl estrés. Soy un especialista en culos y te puedo asegurar que el culo y la cabeza están conectados.â Esas pocas palabras bastaron para distenderme del todo y sentir que el Dr. Bun ya era mi médico amigo.
Según sus instrucciones, me saqué los pantalones y los calzoncillos y me subà a la camilla proctológica, patas arriba. La situación me resultaba conocida por las tantas veces que me habÃa subido a un sling. Con una lámpara inspeccionó y contó dos verrugas. âLo anoto ya en tu historia porque como estoy medio arterioesclerótico me olvidoâ, dijo y los dos nos reÃmos. Esta vez no hizo inspección profunda, tal vez me toque en la próxima. Mientras topicaba las verrugas, me contó que varios de sus pacientes le habÃan dedicado poemas, y sentà que yo no podÃa ser menos. El culo me arde todavÃa, pero estoy feliz, pensando en poder estrenar mi culo a nuevo y recibir muchos besos negros para la próxima primavera.
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