âEra una niña cuando viajaba con 15 años desde Burzaco en tren y ahà mismo me iba peinando, perfumando, maquillando. Como era fanática de Boy George venÃa a GalerÃa JardÃn, donde nos encontrábamos con otros clubes de fans de los â80. 6n1x48
âAl poco tiempo, vÃa Juan Calcarami en la Bienal de Arte, conocà a De Loof, el creador de Bolivia con la que nace otra época para la noche porteña. Allà comencé a travestirme un poco más. Me escapaba hasta el Parakultural, que estaba en la misma manzana, corriendo con tacos porque no querÃa perderme a la Batato, junto a Urdapilleta y Tortonese. Toda la modernidad más genial andaba por ambos lugares. Al poco tiempo comenzaron las fiestas-desfile en el Garage Argentino justo frente a Bolivia. AsÃ, poco a poco, dejé de ser una mariquita bastante atrevida a esta que aquà ahora ves.
âSe unieron Sergio De Loof con unos empresarios. Uno de ellos noviaba con mi amiga y muy madrina de todas Miuki Madelaire. Me acuerdo de que desfilamos juntas en El Cielo. Otro target, pero habrÃa que ver el video que tengo... Estamos todas...
âSÃ, sÃ. Eso. El under resiste hasta los â83-â85 y luego cambia, se hace mainstream. Se va para arriba. La jefa de Relaciones Públicas andaba con enormes agendas y con dos celulares de esos movicones enormes. Cuando comienza a aparecer gente tipo Franco Macri y todo su grupo de poderosos comienza la explosión mediática. El Dorado arrasa con todo: tipos poderosos chochos comiendo fideos moñito con manteca y pagando sumas exorbitantes además de propinas cuantiosas, claro. La Beto Bota compraba docenas de cajas de pizzas en el Ugiâs de la vuelta, las reciclaba con rúcula y otros menjunjes arriba y las mandaba por el mostrador muerta de risa. De Loof habÃa hecho una ambientación digna de Visconti. Conmigo vinieron la Berta, Diana Diet, Laura Bastet y Pelusa. Los primeros dj fueron Carlos AlfonsÃn y Cristian Trincado, nada menos. El fenómeno se expandió hasta parecerse a una especie de Studio 54, no sé si mejor, pero por algo los medios siempre los comparaban. La hermanita menor, digamos... y hambrienta... Porque aquà podÃas reservar mesa para la cena y después decorcharte todo en la misma pista donde habÃas comido. El legendario RR.PP. Javier Luquez comenzó a ser protagonista de nuestra movida donde se mezclaba todo. Alejandro Kuropatwa venÃa con sus baronesas amigas y sacaba fotos. CurtÃamos una especie de frivolidad salvaje, ardiente, eso que a todos nos gusta aunque muchos pretendan ocultarlo.
âCon mi nariz de antes, tipo Rossy de Palma. Pero al final de los â90 decidà transformarla con una simple operación. QuerÃa entrar de cara nueva en el tan esperado milenio. De todos modos los â90 fueron âlo másâ, al menos para mà y tantas que no puedo nombrar porque son miles y prefiero que ellas sepan que no las olvido incluso asÃ.
âAlaska llegó con sus crenchas fucsia desde Madrid a montar el Morocco. Juan Calcarami montó esa especie de campus del placer adolescente que fue The age of comunication. Caniche estaba también cerca y habÃa otros más. Igual yo trabajaba en cualquier sitio que me pagara bien. La querida Clota Lanzetta me contrataba para Buenos Aires News, nada que ver con El Dorado. Mi vida era andar siempre en taxis, en uno de ellos conocà a Florencia de la V, a la que después invité a Buenos Aires News, donde aquel affaire-escandalete con el mago David Copperfield la hizo famosa de un dÃa para el otro. Pero la esfinge era Cris Miró, siempre con esa cosa tan enigmática en la sonrisa y su glamour misterioso como de diva egipcia. Florencia era simpatiquÃsima y con el tiempo demostró además ser talentosa, hay que reconocérselo.
âAh, sÃ. Una noche aparece el divino de Juan Cruz Bordeu para invitarme a realizar un piloto de televisión abierta. Muy secretamente yo tenÃa ganas de levar anclas, decidà que, si el piloto se aceptaba, me quedarÃa. Pero ya ves, en el fondo, por suerte, no se dio.
âToda loca tiene esos caprichos internacionales. El mundo nuestro es tan inmenso. No conocà ni la mitad hasta ahora. Además el cambio de dólar uno a uno me permitió aceptar la invitación de una amiga para conocer Miami y vivir en su casa. Me quedé casi un año, comenzaron a llegar otras locas trayendo noticias de aquÃ. La Moira, La Topacio, La TÃa Luz. Al principio rodé un poco por la calle porque una tiene que hacer lo que cualquier chica puede y sin arrepentirse. Hasta que empecé a sentir una especie de obsesión por volar a Ibiza. Llegué en pleno verano del 2000. Aunque el furor absoluto ya habÃa pasado triunfé como en un cuento de hadas. Enseguida conseguà dos trabajos que conservé casi una década.
âUn bar y otro restaurante me contrataron como hostess, o sea, esa especie de recepcionista que divierte y entretiene a los clientes hasta que no puedan más. Una noche conocà al magnÃfico, encantador, Brasilio de Oliveira, que de inmediato me contrató para ingresar en La Troya Asesina. La fiesta más clásica y mÃtica de Ibiza, inventada por él. Era hermano de los dueños de la Globo. HabÃa vivido mucho tiempo en Roma, donde también se hacÃa otra megafiesta, La Vaca Asesina, pero La Troya se hacÃa en la enorme discoteca Amnesia, a todo trapo. Nunca vi nada semejante. Es la fiesta más icónica de la isla, y ahà estoy yo, que al fin de cuentas también soy algo asÃ, a esta altura, querida.
âMillones. Pero me casé dos veces. Con un español y me divorcié enseguida y antes de un año con el marqués Alessandro Melli-Lupi, italiano. Nuestro amor duró más de tres años. Fue el único novio que le traje a mi madre. El tenÃa un piso en Milán y otro en Ibiza. Pero no me gustó nada ese gueto aristócrata. Me volvà marxista y ya a esta altura soy una trotskista asumida total.
âEn el 2008 me fui sola hacia Londres. Una valija, tres mil euros y este maravilloso cuerpo para dar amor (risas). La etapa española habÃa sido puro hedonismo. Al llegar a Londres fue como saltar de un film de color a otro en blanco y negro. Inglaterra es totalmente otro trip. En España jamás habÃa leÃdo un solo libro durante años. Cuando murió mi padre, por esas cosas locas del destino, casi el mismo dÃa recibà la ciudadanÃa española que tanto habÃa estado esperando. Asà me tocó vivir la peor tristeza y la mayor alegrÃa al mismo tiempo.
âTodo niebla sepia y más lluvia. De inmediato me puse full time a estudiar inglés y de paso terminé la secundaria en la misma escuela donde habÃa dado clases mi irada Virginia Woolf...
âNo. Normalita. En ese momento sentÃa que el cuerpo me reclamaba algo distinto, otro cambio. Nada menos que el nombre. Comencé un tratamiento hormonal definitivo.
âMuy diferentes. No tienen, obvio, esa cosa latina o asiática de la belleza absoluta. Son más como un señor que decide ponerse peluca y las joyas de la abuela. No por esto son menos agraciadas, pero siguen muy masculinas para el tÃpico transexualismo. Lo que esa clÃnica logró hacerme ver a fondo fue la diversidad en serio. Hasta entonces pensaba que a las travas sólo podÃan gustarle los hombres, cuanto más machos, mejor. Después de tantas y tan valiosas charlas con los analistas llegué a la conclusión de que también, aun siendo trans, te puede interesar otra mujer.
âSà y no bien terminé la secundaria, ya becada muy bien, me anoté en la universidad. Ahora estoy por recibirme de productora en cine y tv. ¿Viste que los hermanos Wachowski, creadores de Matrix y tantas otras maravillas, uno de ellos, Lana, es trans? Y bien, yo voy a terminar siendo una especie de Lana Wachowski o la MarÃa Luisa Bemberg travesti, ¿qué me decÃs?
âSÃ, claro, la ley firmada. Pero todavÃa por la calle la homofobia es insoportable. Además, la carne argentina siempre ha sido digna de exportación por lo buena que está. Y como somos tan vacas a nosotras en la India ni nos comen. Siento que somos hermanxs con x pero tenemos que unirnos cada vez más, si no nunca vamos a salir adelante.
âMe encanta recordarlo. Al fin de cuentas fue lo que más duró. Me acuerdo de que ya en los â90 yo tenÃa un taller que se llamaba La Escuelita de James, mi primer nombre, Sir James. Allà agrupaba a una banda de niños drags como Fiona, que esta noche va a cantar, Selene, Madame Elvira y Charly Darling, aparte de tantas que quisieron tomar clase pero no pasaron ni el test. También vendrán más tarde Betty Maquillaje, La Barbie, tantas. Porque a esta hora âson las dos de la mañanaâ es demasiado temprano todavÃa.
âEx nada. Me puse Divine en homenaje a ella, la diva icónica de Waters y mi madre drag.
âEn Hampstead, el barrio donde vivÃa el poeta W. Keats. Soy vecina de Emma Thompson, Tim Burton. Me besuqueé con John Waters en una librerÃa. En mi Facebook tengo un mensaje de feliz cumple de Joe Dalessandro. Me tomé unos tragos con Udo Kier, el drácula de Warhol antes de volver, para que me diera suerte.Trabajo en la productora Pimball en Londres.
âLos ingleses en la cama son de una actitud demasiado pasiva. Les va mucho el crossdressing, aun a machos totales les encanta vestirse de mujer, reventar sus bombachas de satén victoriano. Es como una especie de vicio heredado de Shakespeare. Imaginate la Quentin Crispin, ésa sà que era lo más de lo más. Hace poco salà de paseo por Londres y confieso que me aburrà un poco. Hasta las drogas han cambiado. Después de tantos veranos curtidos en el fragor de Ibiza ya no me pasarÃa toda la noche arañando el techo.
âLa sensación de haber pasado una parte muy difÃcil. El infierno ha terminado. Para sacarse esas ideas autoinquisidoras de la cabeza hay que continuar creando en cuerpo y mente. En mà ha habido un cambio de 180 grados. Por ejemplo en la música, que siempre me alimentó tanto. Si ahora tuviera que elegir a alguien, te digo Chavela Vargas y punto. No sé quién es Miley Cyrus, no me llega. No me interesa lo que cante Justin Bieber. Estoy volviendo a mis raÃces. Siempre que puedo al levantarme desayuno con MarÃa Callas o Billie Holliday.
© 2000-2022 pagina12-ar.informativomineiro.com|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.