Hace seis meses que Giap llegó a casa y cambió mi vida radicalmente. Mientras escribo estas lÃneas, está durmiendo sobre mis pies. 4h1hx
Giap es un jack russel terrier que vino a vivir conmigo cuando tenÃa poco más de dos meses. En ese momento era tan pequeño que lo pude transportar en la palma de mis dos manos. Al principio creà que iba a enloquecer: Giap no para un segundo. Está todo el dÃa saltando. Está todo el dÃa jugando. Por más que lo saco varias veces a pasear y a jugar, Giap siempre quiere más.
Tuve que aprender a interactuar con él. Tuve que comprender su ritmo, que es pura energÃa. Cuando se tira a descansar no puede alejarse ni medio metro de mÃ: o duerme a mis pies o se acurruca contra mi sillón. Me acostumbré a reconocer los momentos en los que sueña porque su respiración se agita, mueve las patitas como si corriera, gime o lanza pequeños ladridos dormido. Estando dormido es el único momento en el que Giap ladra (muy bajo, muy pocas veces y muy tÃmidamente): habÃa llegado a creer que era mudo, pero es sólo silencioso, maravillosamente silencioso.
Apenas yo me levanto para ir a buscar algo al cuarto de al lado, Giap salta y se va tras de mÃ. Por más enérgico y vigoroso que sea su andar, es de una elegancia suprema en todos sus movimientos. Alcanza la perfección cuando se despereza. Lo miro y no puedo creerlo: es una obra de arte en constante construcción.
© 2000-2022 pagina12-ar.informativomineiro.com|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.