Cuando llegó a Buenos Aires desde Córdoba, a los diecisiete, era para vivir con un hermano que no la quiso en su hogar; estuvo en situación de calle, fue vendedor ambulante y atendió en un McDonaldâs. Ese sueldo fue el medio para alquilar un cuarto en una pensión y, eventualmente, conseguir entrar a la extinta discoteca gay Gasoil, donde fue público ávido de un iniciático show de transformismo. Esa noche ocurrió algo que terminarÃa siendo trascendental. âVi un hombre que trabajaba vestido de mujer, que era feliz. Y le pagabanâ. Como no tenÃa dinero para seguir visitando Gasoil, consiguió un lugar como asistente de las transformistas que animaban las previas, âlo mismo que ir a Harvardâ. 13276p
Las mujeres que nacieron de él en estos dieciséis años de carrera, todas ellas, son parte de su unipersonal âaunque no estrictamente todas formen parte del elencosâ. âEl espectáculo es un mix de lo que hice durante estos años en el under. Para mà lo importante sobre el escenario es transformarme: ser zarpada, hacer playback, o ser la âmujer bonitaâ que se despide y cierra el show. El transformismo, para mÃ, es subirme a ese escenario para ser todas las mujeres que quiera ser por esa nocheâ.
Una de esas mujeres, de lengua cáustica y despiadado sentido del humor, es la que durante años animó discotecas de la noche gay argentina. ParecerÃa tratarse de un género en sà mismo el humor de bar de putos: hecho por transformistas, drags o travestis, siempre picantemente malditas en su interacción con el público, al que humillan y desprecian amorosamente apelando a la impunidad que otorga saber reÃrse de sà mismas antes que de cualquier otrx. Hay otras mujeres, claro. Está la que participa en el programa radial que conduce Santiago del Moro, o la que viene presentando en el Kabaret del Maipo. âEn la radio, con Lizy Tagliani estamos ultra pasteurizadas. Y en el unipersonal no quiero putear, porque al teatro también van familias. Está bueno ese lÃmite; hacer reÃr sin putear es más difÃcil. Lo del Maipo fue un desafÃo, tuve que sentarme a escribir lo que iba a decir para no divagar. Cuento la historia de una diva ordinaria con un destino extraordinarioâ.
Viernes a las 23.30, C. C. Matienzo, Pringles 1249. Sábado a las 23.30, Maipo Cabaret, Esmeralda 443.
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