Fotos de Graciela Cutuli 92c1r
El amanecer en Valle Nevado llega tardÃo, pero impresionante. Desde la ventana de nuestra habitación en uno de los tres hoteles del complejo, oportunamente llamado Puerta del Sol, los rayos asoman detrás de las montañas y en pocos minutos hacen reverberar de un blanco radiante el manto de nieve que cubre los Andes. Es el comienzo del dÃa: el hotel se despierta, las luces artificiales se apagan humildes ante el brillo del astro y las pistas empiezan a perder su lisa virginidad atravesadas por las huellas de uno, dos, diez, cientos de pares de esquÃs. Es un dÃa más, pero no cualquiera, porque el centro de esquà más cercano a Santiago de Chile está abriendo oficialmente la temporada, desbordado de nieve y con todas las pistas abiertas para esquiar y snowbordear hasta que nuevamente el sol imponga su ritmo y marque, al atardecer, la hora del descanso.
EL COMPLEJO En los últimos años âdesde que los fundadores ses dieron paso a sus actuales dueños chilenosâ Valle Nevado se está consolidando como un âpueblo de montañaâ, el entorno ideal para disfrutar de la nieve aprovechando distintas opciones de estadÃa. Por un lado, la cercanÃa con Santiago facilita la llegada de visitantes por el dÃa: âLos santiaguinos âbromea Ricardo Almeida, gerente de Desarrollo del complejoâ son vagos para ir a esquiar, porque miran si está nublado y no vanâ. El dato sorprende, tal vez porque acabamos de comprobar que la niebla semifantasmal que nos recibió al aterrizar en la capital chilena es un recuerdo lejano apenas dos horas después: basta trepar el camino montañoso y en zigzag que lleva a Valle Nevado para dejar atrás el cielo gris y encontrarse con un dÃa luminoso, lleno de sol. Exactamente como, dicen, el 85 por ciento de los dÃas al pie del cerro El Plomo, que alberga las pistas e instalaciones del complejo.
Para evitar engaños de la niebla, conviene entonces alojarse en el propio valle, que tiene tres hoteles: de mayor a menor categorÃa, son el Valle Nevado, el Puerta del Sol y el Tres Puntas, los más elegidos respectivamente por el público âtopâ, por familias y por jóvenes. Pero todos disfrutan del mismo entorno soñado entre los picos cordilleranos, y de las cuidadas instalaciones de un complejo que todos los años busca ponerse a la vanguardia: para este año, las novedades incluyen la renovación de los equipos del Rental, con mayor oferta de esquÃs y snowboards de última generación, incluyendo equipos especiales para esquiadores avanzados, para freeride y heliski; una nueva zona de principiantes junto a la telesilla Los Andes para los que se inician en los deslizamientos; un nuevo sistema Learning to Ride (LTR) para el aprendizaje de snowboard; un nuevo Riglet Park diseñado para la enseñanza de snowboard a los niños de tres a nueve años.
La temporada 2014 también aumentó la infraestructura del área de servicios, con más lockers equipados con tarjetas electrónicas, y presenta personal especializado en reparación y mantenimiento de equipos de esquà y snowboard, que abarca, entre otros trabajos profesionales de encerado, afilado de cantos y montaje de fijaciones.
âCuando llegamos, el Puerta de Sol llegaba hasta ahÃâ, dicen Marco y su esposa, los encargados del kiosco junto a la piscina descubierta del hotel, que con un gesto de la mano indican la hilera de luces del primer piso y dan fe del crecimiento de Valle Nevado, que desde entonces no ha conocido pausa. Hoy como ayer, todos los dÃas ambos suben desde Santiago por el vertiginoso camino de 40 curvas, orgullosos de no haber tenido ânunca un accidenteâ. âBueno, alguna vez nos ha rodeado una avalancha, pero con buen abrigo se puede estar varias horas sin problemas en el auto hasta que a uno lo vienen a buscarâ, aseguran con confianza, mientras venden sin pausa los alfajores argentinos que son un hit entre los chicos del hotel.
A CLASE Paradójicamente, Valle Nevado es el lugar ideal para dos tipos de esquiadores: los que andan sobre las tablas como sobre sus pies, ya que más de la mitad de las pistas son para expertos y avanzados, y los que recién se inician, porque tienen áreas de aprendizaje prácticamente a la puerta de los hoteles, sin necesidad de tomar aerosillas ni realizar largos trayectos. Sin distracciones a la vista, y con un equipo excelente de instructores, basta una miniweek de tres o cuatro dÃas para que cualquier principiante que tome una o dos clases por dÃa pueda lanzarse por una pista verde, rebosante de nieve en polvo, como todas las pistas del centro. âEste año âcuenta Ricardo Margulis, gerente general del complejoâ abrimos con más de dos metros de nieve. Y el pronóstico es más que favorable, porque es el año del Niño, que promete las mejores precipitaciones y una apertura aproximada hasta mediados de octubre.â
Esquiador de los expertos, Margulis revela que El Sol y La Diablada son sus pistas favoritas, mientras relata lo que cualquiera puede constatar en unas horas de estadÃa: los brasileños son legión entre los visitantes extranjeros, seguidos por los estadounidenses y los argentinos (que prefieren Valle Nevado como destino de escapadas, por su cercanÃa con Santiago de Chile y su fácil en una hora y media de vuelo desde Buenos Aires). Para todos ellos, el complejo organiza numerosas actividades de animación, según lo que mande el calendario: como el dÃa del histórico y reñido partido entre Chile y Brasil por los octavos de final del Mundial, cuando el bar Lounge se llenó se pantallas para seguir los épicos dos tiempos, alargue y penales frente a un público dividido por partes iguales entre banderas verdeamerelas y rojas-blancas-azules.
Tal vez porque alguna revancha hacÃa falta, Pablo Urriola âun simpático instructor oriundo del sur de Chileâ asegura que los brasileños pierden su tradicional sentido del ritmo cuando se calzan los esquÃs. O tal vez la frase consuela los esfuerzos principiantes de un grupo de argentinos, que ajenos a las disputas futbolÃsticas tratan de moverse con algo de gracia sobre las tablas, entre los pomas y la góndola que lleva hasta Bajo Zero, una de las confiterÃas de altura, donde hay contiguo un sector de principiantes. Entre ellos van comentando la ventaja de tomar clases con diferentes profesores: âDe cada uno aprendà algo, cada uno me dio un tip distinto, para frenar, para doblar y controlar la velocidadâ, cuenta Rosario, que después de un par de dÃas se animó a la primera pista verde y, sacudiéndose de la nieve de las caÃdas, aspira a pisar pronto las curvas de una azul.
Por allà andan también los chicos de varias escuelas de Santiago, que tienen acuerdo con Valle Nevado y llevan a sus alumnos a aprender a esquiar a lo largo de la temporada de invierno. Mientras discute las vicisitudes futbolÃsticas con cualquiera que se le cruce, Pedro âque tiene nueve años y vino con sus compañeros como parte del programa voluntario de su colegioâ se lanza confiado cuesta abajo pero antes emite, con tempranas dotes diplomáticas, un deseo de suerte para sus efÃmeros y albicelestes compañeros de pista.
A las cinco de la tarde, los medios de elevación cierran. Es la hora de dejar los esquÃs en la guarderÃa para recuperar el mismo equipo al dÃa siguiente; la hora del après-ski con sopas calientes y café en el bar de hotel; la hora de abrigarse porque ya bajó el sol y, en un rato, Valle Nevado brindará uno de los más lindos espectáculos del comienzo de la temporada: la feérica bajada de antorchas con que da la bienvenida a sus visitantes. Mientras el cielo se oscurece detrás de las montañas, ya convertidas en una tenue silueta negra donde brilla el arco de la luna, un manto de fuego se desliza sobre la nieve y la enciende de rojo y naranja, hasta que se impone la noche sobre todo el valle.
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