La dirigente recordó, además, que Videla “quedó sin condena por muchos delitos, como el Plan Cóndor”, pero destacó que “por lo menos fue condenado por otros”, como por ejemplo “el más emblemático: el plan sistemático de robo de bebés”, por el fue sentenciado a 50 años de cárcel. Además, destacó que, a diferencia de los detenidos durante la dictadura, tanto el expresidente de facto como otros represores “tuvieron una oportunidad de defensa en juicio” y hasta gozaron del beneficio de la prisión domiciliaria”. 246v4t
“No se festeja la muerte de nadie porque la vida es sagrada. Ellos (los militares) no lo entendieron así”, señaló Carlotto, para quien la muerte de Videla y los juicios que continúan llevándose a cabo contra los represores “son hechos que forman parte de una construcción histórica permanente” en la que los organismos de derechos humanos “vamos avanzando sin venganzas ni odios, y sin perseguir a jueces”.
Eso sí, añadió, “hay que empezar a juzgar a los civiles”. “Por eso -continuó- creemos que tiene que haber una Justicia digna y estamos trabajando para que sea coherente con los tiempos. No estamos conformes con la Justicia vigente, porque hay piedras en el camino que son puestas por algunos jueces.”
Por último, Carlotto remarcó que con la muerte del dictador “no se cierra ningún ciclo” y enfatizó en la necesidad de que se siga juzgando a los responsables de los delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar, porque “lo que no se juzga se repite”.
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