Relectura musical y revolucionaria del mito de Orfeo, la nueva película de Kluge está codirigida por Khavn, un artista multidisciplinario filipino, cineasta, compositor, performer y escritor. Entre ambos, concibieron esta Singspiel con una única y absoluta protagonista, Lilith Stangenberg, actriz de la Volksbühne de Berlín, algo así como una nueva Nico que surge en el firmamento alemán. Suerte de Ángel de la Historia que --a la manera de Walter Benjamin-- tiene su rostro vuelto hacia el pasado y que donde todos ven una cadena de acontecimientos ella ve una catástrofe única, Orfea se sumerge en el inframundo para rescatar a su Eurídiko.
No sólo la inversión de géneros es política en el film de Kluge & Khavn (que se ocupan de aclarar en los títulos que “esto no es un film”). El proyecto de Orfea también lo es, porque junto con Eurídiko ella además se propone rescatar del Hades --como los Bio Cosmistas rusos de 1917-- a todos los muertos, a los desaparecidos por la dictadura filipina, a los humillados y ofendidos de este mundo, esos inmigrantes a quienes ahora Europa les da la espalda y los rechaza detrás de sus fronteras fortificadas.
¿Todo muy serio quizás? Más bien, lo contrario. Esta Orphea tiene humor y funciona como un trip dionisíaco y trash, que desacraliza la llamada “alta cultura” con una actitud muy punk. Se diría que Kluge es, junto a Godard, el último gran cineasta activo del siglo XX capaz de seguir inventando formas nuevas para el cine del siglo XXI.
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