Octorina Zamora, en 1992

"El Estado llega hasta la plaza central del municipio. Dos cuadras más allá, la gente vive en casas de lona, sin luz, sin servicios básicos. Ahí están los indígenas y criollos empobrecidos de San Martín”, denunció. El reclamo mantiene un sustento reconocido por el propio Estado provincial, que viene prorrogando la emergencia sociosanitaria, la emergencia hídrica y la emergencia por violencia de género en el departamento.

En este contexto Tujuay no eludió la responsabilidad legislativa que busca asumir. Al contrario, aseguró que quiere ocupar una banca para cuestionar y exigir rendición de cuentas: “¿Qué se hizo con las emergencias? ¿Dónde está el financiamiento? ¿Qué políticas se ejecutaron? Hay mujeres con denuncias sin avanzar hace años, madres separadas de sus hijos por criterios coloniales sobre la maternidad indígena, sin dispositivos de acompañamiento. No hay nada. Literalmente, nada”.

Uno de los ejes más fuertes de su plataforma es la salud. Como médica, habla con autoridad cuando cuestiona la implementación de la Ley de Salud Intercultural: “La ley es insuficiente. Y lo poco que tiene, no se cumple. Ayer una familia me dijo que no quiere operar a su abuelo porque no confían en los médicos. Eso es grave. No es una cuestión cultural solamente. Es una falla total del sistema sanitario y su forma de relacionarse con nuestros pueblos”.

La educación tampoco escapó a sus críticas; cuestionó que se abren carreras, mayormente desde los terciarios presentes en el Chaco salteño, que no transforman la vida de quien las estudia. "Los jóvenes egresan y no consiguen trabajo, no pueden profesionalizarse. Es una contención temporal que no cambia la estructura. Necesitamos políticas educativas con proyección, no más paliativos”.

Y, aunque su discurso incomoda a las grandes esferas del poder, no se priva de manifestarlo. Reiteradamente cuestionó que los gobiernos hacen eventos, muestran obras, pero "vos vas al lugar y la gente vive igual o peor". Y recriminó que "los legisladores están preocupados por castigar a docentes en huelga, no por generar condiciones dignas. Eso también es violencia política”.

Representación o exterminio

En un contexto nacional signado por el recorte de derechos, la candidata consideró que su postulación también es un acto de defensa. Recordó que el gobierno nacional avanzó contra los pueblos originarios al derogar la ley de emergencia de la propiedad comunitaria indígena, recortar el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) y desfinanciar programas."Desde acá, el gobierno provincial ni se inmuta. No hubo una sola propuesta para proteger a las comunidades. Ni una. San Martín tiene la mayor población indígena de Salta. Y nadie levantó la voz por nosotros”, manifestó. 

Para Tujuayliya, la falta de representación real tiene un costo directo que termina con la exclusión, marginación y criminalización de las formas de vida originarias. Por eso sostuvo que deben "levantar nuestras voces, ocupar los espacios, no esperar más que otros hablen por nosotros”.

Una campaña territorial

Sin a grandes recursos, sin aportes partidarios ni respaldo empresarial, la campaña de Tujuayliya Gea Zamora avanza gracias al apoyo directo de vecinas, vecinos y comunidades. Rifas, ventas solidarias, colectas y donaciones individuales permiten costear los traslados, la impresión de materiales y las visitas a los distintos parajes del departamento San Martín. 

No tenemos estructura ni financiamiento estatal, pero tenemos convicción y organización. Estamos haciendo una rifa para cubrir los últimos viajes y seguir caminando el territorio”, contó la candidata.

Durante la recorrida de campaña

La propuesta de la candidata wichí se impulsa desde abajo, sin asesores de imagen. Las reuniones son en casas de familia, en patios comunitarios, en espacios recuperados por las organizaciones. “Cada comunidad que visitamos nos fortalece. La gente quiere ser escuchada, no usada cada cuatro años”, señaló.

En ese sentido, insistió en que su objetivo no es ocupar un cargo para beneficio personal, sino transformar la relación entre el Estado y los pueblos originarios. Ocupar un lugar en la Legislatura salteña es, dijo, obtener "una banca que sea territorio, no despacho. Una banca desde el dolor, pero también desde la dignidad. Porque si no nos representamos nosotres, nadie lo va a hacer”.

Esperamos que el pueblo de San Martín confíe en nuestra representación. Somos el Frente Salta va con Felicidad, lista 405. Vótennos. No por mí, sino por todos los que han sido silenciados históricamente”, concluyó. 

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