–¿Cómo está Luana? –le preguntó este diario.
–Hoy Luana está fortalecida, tiene su autoestima alta. Antes de que le dieran el DNI nuevo se escondía debajo de la cama, detrás de una puerta. Pensaba que había algo malo en ella, que la gente que la rodeaba estaba violentándola. Ahora vive una infancia feliz.
Tiene nueve años. El jueves la niña actuó de paisana en el acto de conmemoración del Día de la Tradición en su escuela, en el segundo cordón del conurbano, donde vive con su mamá y su hermano mellizo. Los tres siguen con apoyo terapéutico, de la psicóloga Valeria Paván, de la CHA, y del psiquiatra y psicoanalista Alfredo Grande, director clínico de la Cooperativa de Trabajo en Salud Mental, que los acompañan desde hace más de cuatro años.
–¿Por qué decidió lanzar esta campaña?
–Luana tiene que salir a la calle, socializar con otros chicos y chicas. El DNI no lo lleva en la mano, ni tampoco ese documento explica ni quita esa desinformación que hay a nivel social sobre las infancias trans. Estamos creídos de que el genital determina quien sos y no es así. Una o uno es más allá del cuerpo que tiene. Eso me lo enseñó mi hija. Los colores son de todos y de todas. El celeste no hace varones ni el rosa, mujeres –dice Gabriela.
La campaña la presentó el fin de semana pasado con una enorme muestra de fotos de personas de distintos ámbitos de todo el país, que se fotografiaron expresándole su apoyo. El evento fue en el Centro Cultural Contra Corriente, en la avenida Corrientes 4023, de la ciudad de Buenos Aires, y tuvo el acompañamiento del colectivo LGBTI. Gabriela, junto a su mamá, sus dos hermanas, su hermano, dos cuñadas y dos sobrinas, expusieron en una muy emotiva charla, cómo vivieron la transformación de Luana, en su cotidianeidad, en su entorno, en su trabajo, en su propia subjetividad. Y respondieron preguntas del público. “Nos presentamos para que se vea que el apoyo de la familia es imprescindible. Es obligación de la familia acompañar a los niñas y niños trans”, dijo Gabriela a PáginaI12. En las dos jornadas, además, hubo intervenciones artísticas y distintos es con abogados, psicólogos y docentes. La idea de Gabriela es llevar la muestra adonde la inviten, para instalar el tema, como viene haciéndolo, desde que se conoció la historia de su hija, con su presencia y su testimonio en universidades y otros ámbitos en tantísimas ciudades del país. Estuvieron referentes del colectivo trava y trans como Marlene Wayar y también, Saya Sacayán, hermano de Diana, la activista asesinada un año atrás (ver aparte), Valeria Paván, psicóloga de la CHA y terapeuta de Luana, integrantes del secundario trans Mocha Selis y de la red de AboSex, entre otros invitados.
Desde que Luana recibió su DNI, alrededor de una veintena de chicas, chicos y adolescentes trans, menores de 18 años, también lo tramitaron, contó Gabriela. Semanalmente recibe mensajes, a través de su Facebook, de madres y padres de distintas provincias y otros países, contándoles sus temores, angustias, dudas, al atravesar situaciones similares. “Esta semana dos nenas de 14, una de Mar del Plata y otra de Mercedes, recibieron su DNI. Una de las mamás me contó que cuando fueron a pedirlo, le dijeron: “Sí, sí, como Luana”. Es muy importante que se conozca, que se sepa”, agregó. Varias madres de hijos trans subieron su video con mensajes de apoyo a la campaña en la página de FB “Por una infancia trans sin violencia ni discriminación”, que abrió Gabriela.
La campaña tiene 10 puntos, que plasmaron en señaladores:
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