
En el capítulo 4 está la idea de interdependencia que va al hueso de la discusión: "Es una idea butleriana de que no hay individualismo ni autonomía en la vida sino que lo que hay es interconexión entre las vidas y que hay que pensar en cuidar ese entre”, dice Montes Paez subrayando el orden vincular de toda la cuestión. En este contexto el libro es un atrevimiento, no solo por su modo de producción sino también porque trae una discusión medular entre individualismo y colectivismo: “Este es un libro colectivo y pienso cómo se está atacando desde el gobierno todo lo que tenga que ver con lo colectivo, al punto que utiliza como insulto la palabra colectivista. Es muy importante en este contexto que recordemos y machaquemos sobre ciertas prácticas y reivindicaciones que son insoslayables como la potencia de lo colectivo. También le prestamos mucha atención a cómo esta instalación de lo fascista y violento está en el cuerpo singular como en lo colectivo también”, dice Camozzi.
“Poner a las personas que padecen como responsables de estos padecimientos es parte del programa del gobierno”, explica Montes Paez. La política de “limpiar las calles” de personas en situación de calle del gobierno de Jorge Macri es la contracara sin metáforas de lo que viene a traer el libro. La derecha conservadora plantea el bienestar de los vecinos como una demanda individual que anula las relaciones, los conflictos y las estructuras sociales que habilitan la problemática de la vivienda. En este sentido, el acompañamiento que propone el libro apuesta a un carácter transfeminista que trasciende la mirada identitaria: “Implica no solo desmontar la universalidad de la categoría personas y registrar que se acompaña a un cuerpo atravesado por múltiples asignaciones-determinaciones que se expresan en formas de violencia, también implica acompañar a contrapelo de lo que el capitalismo mundial integrado tiene diseñado para ese cuerpo”.
En este sentido, "Acompañar es políticio" no se presta a un lenguaje explícitamente académico sino más bien a una perspectiva todoterreno que se toma el tiempo para detenerse reiteradas veces en la la diferencia entre individualidad y singularidad, en definitiva para seguir abonando a la misma discusión: “Una cosa es producir individuos, en el sentido que lo piensa Guattari que serían los códigos del capitalismo mundial integrado y reforzar esa subjetividad autónoma, que cree que puede existir por sí misma y que refuerza el lugar yoico, todos los valores capitalistas. En cambio el proceso de singularidad es no reforzar -en este caso en los acompañamientos- la individuación de las personas, sino abocarse en el proceso que implican los deseos de cada quien, la historia, lo que hace singular pero en relación a otrxs, diría Guattari con el cosmos, con lo social, con lo político” concluye la autora.
El final de la introducción se plantea que “un libro se escribe cuando se puede”, en el caso de "Acompañar es Político", se publica en un contexto político nacional de retorno al liberalismo en donde el impacto es sobre los sectores mas vulnerados. Su lectura que va desde lo macro a lo micro, es capaz de capturar no solo el giro hacia la derecha en las prácticas del gobierno y a nivel Estado, sino también en el quehacer y cotidiano propio.
.
Este es un contenido original realizado por nuestra redacción. Sabemos que valorás la información rigurosa, con una mirada que va más allá de los datos y del bombardeo cotidiano.
Hace 37 años Página|12 asumió un compromiso con el periodismo, lo sostiene y cuenta con vos para renovarlo cada día.