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El viaje musical continúa con “Mucho más libre”, en la voz de la percusionista Ximena Gallina, que se mueve con naturalidad entre la cumbia y la salsa. Con la sección de vientos siempre como protagonista (Agustín Zuanigh, Agustina Massara, Damián Chavarría, Milton Rodríguez, Pablo Fidel Broide, Pablo Reyna y Santiago Moldován), se ponen intimistas y psicodélicos en “Entre vos y yo” y con Pedro Rodríguez en voz, recogen la tradición de la cumbia argentina en “Perdido”.

Después de la adhesiva bachata “Nuestro lugar favorito”, el grupo transita nuevamente por los sonidos de la cumbia andina y carnavalesca en “Eco de cumbia”, que también coqueta con el pulso del rap –algo que ya habían experimentado en “De un tiempo a esta parte”, del disco anterior-. En “Pájaro y demonio”, la cantante colombiana Ivonne Guzmán despliega su voz elegante, pasional y potente. Una voz que hace la diferencia y que enriquece la paleta sonora del grupo.

En el tramo final, la orquesta apela a su costado más político en la cumbia “El rey”. Un fragmento de la letra dice: “Culo de león, alma de ratón, va a enamorarte/ Ya cambió la piel, te engañó otra vez, pero todavía no la ves/ Tiempo de poner jaque mate al rey, nunca es muy tarde/ Para recordar cuál es la verdad, cuánto duele el alma en soledad/ Toda la gente que está alrededor puede llenarte la sangre de amor”. El disco cierra con “Noche de cumbión”, en la voz de Black Rodríguez Méndez –un invitado estable- y “Abajo de la palmera”, con la colaboración del grupo mexicano Son Rompe Pera.

“El desvelo es eso que no nos deja dormir”, explican sobre el concepto del álbum. “Es la pasión que arde cuando el mundo calla, la obsesión luminosa que no se apaga con el sueño. Es habitar la noche como animales misteriosos, recorrer paisajes que solo existen cuando cae el velo del día. Es estar tan tomado por algo, un amor, una idea, una música, que no podemos soltarlo. Desvelarse es también eso. Correr el velo, alumbrar lo oculto con la tibieza de una vela encendida. Este disco nace ahí, en ese umbral donde lo que inquieta también sostiene, donde el insomnio es fuego y sentido”.

A diferencia del fenómeno musical de Damas Gratis –o la cumbia de Pablo Lescano-, que se expandió de la periferia al centro, en el caso de La Delio Valdez su música fue del centro porteño hacia los márgenes del país y más allá. En estos años, el proyecto creció de forma sostenida y amplió las fronteras geográficas, estilísticas y culturales. Su propuesta cabe tanto en un festival de folklore como de rock; en una bailanta bonaerense o en un boliche palermitano; en una toma universitaria, en una cárcel o en un ex centro clandestino de detención. Si bien los géneros son importantes, en su nuevo disco la orquesta confirma que la música es lo primordial y es el mejor antídoto para mantenernos despiertos.

* La Delio Valdez presentará oficialmente el disco el 27 de noviembre en el Movistar Arena.

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